¿Conoces esa sensación de levantarte y no poder con tu vida? Seguro que sí, y seguro que también te has prometido que no volverás a beber para no tener que sentirte así. Pero lo cierto es que la próxima vez que salgas acabarás igual, y así hasta haber padecido los 15 tipos de resaca que aquí te mostramos.
1 La de no vuelvo a beber
En el número uno de la lista, la más típica, la de "no volveré a beber jamás". Se trata de la típica resaca por la que te sientes culpable; el día anterior te la has cogido tan grande que te sientes fatal contigo mismo, tanto física como psicológicamente.
Es el momento en el que te sientes tan mal que necesitas encontrar una solución radical para tu vida para no sentirte así de miserable nunca más. En el fondo tú mismo sabes que es mentira, pero te ayuda a pasar el domingo sintiéndote un poco mejor.

2 La ansiosa por noticias
También es bastante típico: bebes demasiado y no te acuerdas de lo que hiciste la noche anterior. Intuyes que algo pudo haber pasado, como insultar a alguien, tirarle los tejos a alguien con pareja, o peor, tirarle los trastos a alguien siendo tú el que tienes pareja.
Es por eso que necesitas respuestas que te aclaren qué hiciste anoche, para quedarte tranquilo o descubrir que efectivamente no puedes salir de casa jamás. Y mandas mensajes a todo el mundo, que desgraciadamente estaban como tú o peor, por lo que no pueden aclararte demasiado el panorama.

3 La de dónde estoy y qué hago aquí
Esta todavía asusta más, aunque quizás no es tan normal. Te levantas en una casa que no es la tuya, en una cama que tampoco es la tuya y con una persona que no conoces a tu lado. Evidentemente aquí no necesitas muchas respuestas sobre qué has hecho, porque todo parece bastante obvio.
En este caso lo único que quieres es salir de ese lugar cuanto antes, olvidar lo que pudo haber pasado y jurarte que jamás volverá a ocurrir. De nuevo, te estás engañando.

4 La zombie
Cuando la fiesta se te va de las manos. Llevas de juerga desde el jueves por la noche y ya es sábado a las 6 de la mañana, al cierre de la discoteca. Todavía no tienes resaca, básicamente porque eres un zombie viviente que no sabe ni dónde está.
Eso sí, mañana no sabrás ni cómo te llamas, ni cómo has llegado a casa e incluso ni cómo has sobrevivido. ¿Remedio? Seguir bebiendo, ya sabes eso que dicen: si las agujetas se curan haciendo más ejercicio, la resaca se tiene que curar bebiendo más. ¡Ánimo!

5 La de no me sube la bebida
Esto ocurre básicamente cuando llevas tantos días de fiesta que tu cuerpo se ha hecho inmune a la bebida y no te sube como debería. Ya no eres un zombie, porque no vas borracho y no consigues que te suba el alcohol, y sales por inercia, porque toca.
Sufres por tu cuerpo pero no te puedes ir a casa porque hay que seguir de fiesta, y vives en un continuo estado de ansiedad por ser el único de tus amigos que va sobrio. Sin duda uno de los peores estados, pero tranquilo, ya vendrán tiempos mejores.

6 La llamada rescaca
No es muy agradable, no. Es ese día en el que el WC y tú os convertís encompañeros inseparables, y generalmente suele estar ligada a haber bebido mucho y sobre todo vino. Te ves obligado a no comer nada, ya que si lo haces es peor, y vives abrazado a una botella de Aquarius.
Sin embargo, esta es más fácil de evitar, ya que conoces qué debes y que no debes beber en cantidades grandes. Así que ya sabes, aunque adores elvino, con un par de copas es suficiente para no sufrir al día siguiente rescaca.

7 La de tengo comida familiar
La palabra es inaguantable. Por muy poca resaca que tengas, los gritos de tus sobrinos, de tus primos, las preguntas de tus tías y madre, las miradas de tu abuelo o las chorradas de tu cuñado, sumado a las grandes cantidades de comida harán que se te haga una bola en el estómago.
Hay que superarlas y con buena cara, ya que de lo contrario te soltarán la típica frase que odias, esa de: "noches alegres, mañanas tristes", y te pondrás todavía de peor humor.
Así que ya sabes, para superar este tipo de resaca, el consejo que te damos es que por la noche bebas pero dejes de hacerlo sobre las 3, para que le dé tiempo al cuerpo de asimilar el alcohol y absorberlo.

8 La del moño - comida basura - pijama
Mi preferida. Sales de la cama, te plantas un moño de esos improvisados y al sofá. Lo único que quieres es estar allí toda la tarde viendo programas que no te hagan pensar demasiado, llamar a un restaurante chino y comer.
Y así hasta la hora de dormir, que vuelves a comer algo que no deberías y te marchas a la cama bastante después de tu hora habitual por haberte levantado a las 3 de la tarde. Te acuestas y piensas: sí, he perdido un día entero de mi vida. Y así será el próximo domingo.

9 La activa
No te suele venir muy a menudo, y la odias si estás en casa de un amigo y te salta: "Venga, vamos a la calle que es la mejor manera de que se nos pase". Como estás en su casa, te arreglas, coges las gafas de sol (importantísimo) y sales a dar un paseo.
Bueno, tampoco está tan mal la cosa, piensas. Una hora después, caes al suelo y descubres que esta vez la resaca te ha ganado. Vuelves a casa y decides que te gusta más la resaca del punto anterior: moño, sofá y comida basura.

10 La de negación
"No sé qué me pasó. Ayer no bebí para tanto. Debió sentarme mal la cena". Y te autoengañas, claro, porque evidentemente sí bebiste para tanto, o de lo contrario no habrías acabado vomitando en el felpudo del vecino.
Sin embargo ésta dura poco, porque siempre hay algún amigo cerca que se encarga de recordarte que efectivamente sí fue para tanto y sí bebiste más de la cuenta. Y si no tienes a ese amigo, tranquilo, que cuando mires tu cartera ya verás qué sorpresa.

11 La de ya no estoy para esos trotes
Si te has bebido un cubata y al día siguiente no puedes con tu vida, efectivamente, has llegado al punto de poder decir que ya no estás para estos trotes. Te pones nostálgico y recuerdas esos años en los que cada fin de semana te bebías media botella de vodka, alguna cerveza y por supuesto, los más que típicos chupitos de tequila.
Si has llegado a este punto más vale que te cuides y salgas con control, o de lo contrario cualquier día tendrás que tomar la decisión de dejar de salir. ¡Eso sí que no!

12 La de levantarte borracho
Esta ocurre cuando o bien has dormido poco o has bebido tanto que no es que no tengas resaca, sino que todavía no se te ha ido la borrachera. Todo te parece más gracioso, vas tambaleándote por las paredes y sigues apestando a alcohol.
Luego te das una ducha, te despejas, y ahora sí, es inevitable, llega la resaca. Sin embargo y aunque no lo parezca es una de tus mejores resacas.

13 La de entresemana
Si ya decía yo, que tiene mucho peligro salir un miércoles, y más teniendo en cuenta que el jueves tienes que ir a trabajar. Es la más desgraciada porque tienes que disimular delante de todo el mundo y en el fondo te estás muriendo.
Vas al baño cada dos por tres para evitar desfallecer en medio de la oficina y encima le tienes que poner buena cara a tu jefe para que no te mande a la calle. Por eso, la única solución si te gusta salir entre semana es buscarte a un compañero de trabajo para que salga contigo, así por lo menos tendrás un consuelo al día siguiente. Ya sabes eso que dicen, mal de muchos, consuelo de tontos.

14 La llorona
Y en el último lugar de nuestra lista, la resaca llorona. No vuelvo a beber, qué hice ayer, me han robado el móvil, tengo un dolor de cabeza que me va a explotar... sin duda tienes muchos motivos para llorar, así que no te preocupes.
Solo se consuela comiendo comida basura, así que ten a mano el teléfono para que te traigan una buena pizza, eso sí, mejor de algo suave para no poner en juego a tu estómago.